domingo, 25 de noviembre de 2012

Mi dipzifano

Bormugo escolipso morganiko
Mi dipzifano pregrofiz salgreco
logazo que prejerico salgreicaizarme
porque ..
me desgraciloinas.








PD: Aqui dije todo, todo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Miedo

Tienes miedo. Yo tengo miedo de tu miedo.

Brea, ave, volar.

Un equipo perfecto para salvarte se queda en mi espalda,
todos mis lunares sin recorrer.

Lluvia que nubla mis ojos,
mi lluvia propia, mis propios agujeros.

Despertar, despertarte.

Déjame mirarte un poco, despacio y no dejar entrelíneas nada.

Aqui en la patria que existe, que invento
a la que tú pertences si saber, sin enterarte.

Despabílate, tengo pinzas para tratarte. Si hubieras querido quererme un día sin promesas, sin contratos muchos puntos aparte dejarían de andarme sobrando.

Mar, rio, nube.

Que todos los ríos van al mismo mar.

Veo como pasa la vida, alocada, acompasada, no abro los ojos, no qiero ver lo de siempre. Te veo aunque tú no sepas, aunque tú no qieras.

El miedo no me nubla, la pena que me tiñe todo de eso que no llaman color, de eso que duele más que cualquier hora y cualquier nombre.

PD1: Disculpen el desorden.
PD2: Mi cabeza ha estallado
PD3: Cuando estoy triste mis ideas no se ordenan, son como almas en pena.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Nostalgia 1

Llegabas. Tus zapatos tenían casi el mismo brillo que cuando saliste temprano por la mañana. Nunca tan temprano, amas dormir y yo odio despertarte.
Llegabas sonriente, nunca llegaste triste, ni una sola noche desde que empezamos a vivir juntos. Tenias días en los que eras más complicado que un jeroglífico, pero lo más complicado era entender porque sonreías.
Todo estaba en su sitio, en nuestro caotico y encantador desorden que conocíamos de sobra. Decoramos todo juntos, más yo que tú, que se clavar mas clavos y más tú que yo en otras cosas como en combinar colores.
Tú no soportas mi gato en el sillón, yo no soporto que dejes las tazas sucias en la mesa de noche. Compramos un cuadro juntos hace seis meses, meses en los que la idea de vivir juntos nos abrumaba, entusiasmaba, enloquecía. Nos burlamos un poco, porque el cuadro ese nunca lo terminamos de entender, así como tampoco nos quedó muy claro como es que un día decidimos vivir juntos.

Yo siempre decía que era la nostalgia de no verte los lunes por la mañana, la pena absoluta del abrazo cada domingo por la noche cuando nos dejábamos. Tú, siempre diciendo que lo dramatizo todo, dices que fue porque era necesario, porque ya estábamos grandes y debíamos pasar esta prueba.
 El primer lunes que abrí los ojos y estabas conmigo seguí dramatizándolo todo, sobre todo porque nos quedamos dormidos y llegaríamos tarde a trabajar. Yo no se hacer el desayuno porque casi nunca tomo, tú te conformas con una taza con cocoa.

Cada día al llegar habíamos descubierto rincones insospechados de ese pequeño apartamento con balcón, porque asi lo solicité yo. Habían rincones para el amor, para dormir, para comer. Felizmente somos desordenados y eso contribuía a nuestro espíritu explorador.
La ropa, mis perfumes, el techo pintado con nuestras mano, las fotos que insististe en colgar por todos lados, tus pantuflas, la manía que tienes de dormir con el cabello húmedo.

Todo lo dejé intacto, como si te dejara una fotografía de las que tenemos colgadas. Llegabas y hacía frio. Tus manos temblaban un poco, llegabas sonriente, pero es la sonrisa más desconocida de todas. Sonreías queriendo llorar, abrumado, nervioso, ansioso. Caminaste un par de metros, ubicaste mi sillón con mi gato y por primera vez ustedes se llevaron bien.
Tus ojos recorrieron cada pedacito de nuestra casa, como quien hace un inventario de sus recuerdos. Tus manos destaparon cada uno de mis perfumes, tu cabeza se recostó en mi lado de la cama y no dormiste, esperaste despertar de todo esto tan extraño, más que el día en que decidimos vivir juntos.
Te he dejado todo intacto porque no quiero apartarme de ti, porque se que esta casa dejará de ser mi casa y sin embargo me aferro a ver tu imagen de ojos abiertos, de sonrisa indescifrable. Te miro y pienso que ojalá no saques el cuadro que compramos incrédulos, que ojalá no olvides secarte el pelo ( que nunca aprendí a decirle cabello) que mi gato y tú ahora se lleven bien, que la casa siempre huela bien porque por eso , a pesar de lo locos que decían que estábamos, ese olor tan cálido nos hacia confiables, que ojalá pongas un poco de mi música un domingo por la tarde, que no tengas frio porque se que tiemblas mucho por cualquier poco de viento, que tengo miedo de decirlo, pero ojalá aprendas a no extrañarme.

Te miro y no logro tocarte, es la sensación más abrumadora de todas, pero aún siento y se que me sientes. No estoy más. Queda el balcón que te pedí y me diste, quedan mis flores en las macetas, mi ropa amontonada, mis discos y mis galletas. Aqui en donde estoy, en este otro espacio llamado muerte, todo se ve abrumadoramente nostálgico.

Llegabas y no sabes si quieres quedarte.



Aqui me bajo

Yo también le doy la vuelta al mundo en mi cabeza o el mundo me da vueltas,
el mundo de lana enredada,
el mundo de esquinas dudosas y dolorosas.

Como no caben las cartas de renuncia, diré que paren, que yo me bajo.



jueves, 1 de noviembre de 2012

Yo

Probablemente común y corriente,
hija de vecino,
llena de nubes de soles algunas mañanas,
y soles en el cuello dispuestos a mostrarte el alma
en sunsets inventados cuando quieras.

Deslenguada, probablemente deslenguada casi siempre,
a capella, con flores bajo la falda y de ojos grandes no para verlo todo mejor,
para fotografiarme momentos especiales; que para ver todo lo que me interesa mejor yo cierro los ojos.

Enfocada dentro de cualquier desenfoque,
asumiré mis culpas y casi no querré compartirte mis enojos
porque seguro que no me saldrá tan bien como hacerte reir.

Risueña, apresurada aunque a veces impuntual por el simple gusto del suspenso.
me como la vida cual si fuera una manzana y me invento mundos al besarte.
Romántica si cura ni en busca de ella, saldrán de mis manos mariposas
cuentos de nunca jamás.

Impulsiva por defecto, porque talvez no le tengo miedo a morirme pero si a dejar cosas
sin hacer, a no dormir lo sufiente antes de dormirme para siempre.
Soñadora, intensa, apasionada, loca dicen, yo prefiero extraña.