martes, 5 de marzo de 2013

Converger

Me observas,
te observo.
Se que te sientes culpable
de que haya perdido el aliento,
el aliento que ahora voy a buscar en tu boca.

Te reconozco como mi satélite,
y cuento cada una de tus lunas,
reconoces despacio y sin tregua
mis parcelas, mis colinas,
todo lo que ahora es tuyo

Nos desbordamos 
por gracia,
por amor.

Incesante te recorro como si estuviera perdida
en algún país desconocido,
mientras tu boca me descubre,
mientras vuelvo a ser barro
y tú artista,
me das forma
me llenas de ti.

Ahora que habitas en mis colinas,
que me abrazas con el alma,
ahora que susurras mi nombre,
ahora que nos habitamos,
que ya no sabemos donde terminas tú
o donde empiezo yo.
ahora que mi cintura te da asilo,
ahora que miramos al mismo infinito,
ahora que caemos en que ya no soy
si no es contigo
y ya no eres sino es conmigo,
ahora que nos gusta decir amor.

Vaivenes,
oleadas,
brisas calmadas,
convergemos,
no tengo miedo cuando percibo
tu olor de hombre,
tu cabello mojado que hace de mi escudo.

Entonces queda
llegar a la orilla que es tu pecho,
a tu boca que es una bienvenida eterna,
para luego temblar de felicidad,
de la felicidad que no nos habían presentado.

Todo se torna en sepia
con las líneas de tus manos enlazadas
a las mías, tanto como nuestros destinos
el precioso paisaje de tu pecho,
mis recuerdos de tu espalda,
te abandonas a mi
me abandono a ti
y todo vuelve a comenzar.



A todas las horas que la vida nos regala para decir amor.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario